domingo, 16 de febrero de 2014

Labios silenciosos, besos perpetuos

Aún pudieran encontrarnos recorriendo aquellas calles tan grandes que guardaban cosas tan nuestras, confrontaciones diarias entorno a un café, distintos horarios plagados de historias que contaban esos besos que lo buscaron todo más no hallaron consuelo, intentos de escapes y tus ojos que nunca me dejaron partir.

Mujer de elegante andar, que cautiva tanto o igual que un gran
suceso completamente inesperado, que llega bajo su propio irresistible como tempestuoso ritmo con su cabello al viento.

Exaltantes momentos que te alcanzan aun donde nadie te podía  encontrar.
Bajo un  mundo sin testigo alguno, más con una luna llena que nunca nos dejo de contemplar en fieros y mudos encuentros, donde  caía uno a uno a pedazos el cielo y me volvía a perder en ti.

El tiempo se detenía y se entreabría la delicada urgencia de esos riesgos inciertos que tienen como único objetivo un  súbito encuentro con tú boca, pruebas que giran, vertían y  que me aprisionaban en tus brazos hasta el amanecer.

Eres tú solo por quien me  arriesgo  y cediendo casi por completo a bajar mí guardia, sin nada más que una fiera mirada y un obsesivo baile con tus labios como el delirio que provoca la ausencia de tu cuerpo, veneno que roba oxigeno al mismísimo tiempo.

Tú sola sonrisa es toda promesa rota por fantasmas del pasado, que se expresa aun en encuentros que amenazan con volver, los días largos y las noches frías.

Tú cuerpo es una ala del misterio q' me abate en las penumbras de un silencio ardiente e incierto, que marca aquellos lapsos de aquella amnesia que dejaron esas canciones que sólo cantaba para ti.

Crónicas que dejamos en tú  piel y desmiente lo que ahora callamos, frente cada estrella como todos a los demás.
Brisa que me lleva tú aroma en todo momento como presunta ocasión donde la ilusión de tu ser aun, me invita a sucumbir.

Eres el secreto que nunca habrá de  morir, dama  impredecible, dulce como peligrosa que aun guarda fragmentos de mí nombre, lapsos  de encuentros como casi toda nuestra historia que aun vive y duerme a la sombra de tus senos, a la luz de esos tus besos tan silenciosos como el solitario grito de tú mirada perpetua.

El Juicio | Primera parte |

En mi defensa su señoría: 
— "Lo mío fue un acto de justicia , sí le he robado un beso fue sólo porque ella con toda alevosía , lleva tiempo robándome el sueño. " exclamó