domingo, 18 de agosto de 2013

TARDE DE LLUVIA



Definitivamente no será la brisa la que, aleje los simulacros de tu nostalgia, menos la tormenta  la que te palpe poco a poco como si te dibujara.

Tierna como la lluvia, implacable como el tiempo,
Con una sonrisa artificiosa que no da paso al vértigo de tu olvido.

Como si por primera vez esa lluvia nos atrapara,  una tarde como cualquiera.  

Encuentro súbito de tus ojos ordenando, el exaltante encuentro cada vez más de cerca
Consumiéndote lentamente, destruyendo todo a su paso solo para comenzar

Mirándote ciegamente a besos, descarriada y tercamente sin decirte jamás que faltas

Jugando sofocantemente con el silencio, abogándonos  tibiamente en el azar de tu cuerpo,  
Sin decir tu nombre  girando entre tu divina desnudes, y jurando no jurar

Tentándote a gritos, demorando intempestivamente por tus valles y colinas

Besándote para no dejarte escapar, deslizando el calor de una caricia hacia tu cuello  

Centímetro a centímetro, enredados… seria una lastima que la tormenta y tu mente controle lo que es urgente y lo que la gente decide vacía o superficial que una pareja debe querer.

Muriendo de formas múltiples y  simultáneamente, cayéndonos en la danza de tu vientre, en un remolino inconsolable de las horas que ya no pueden mas que hablar de ti.

Ocasionalmente una tarde de lluvia, olvidadnos del trabajo diario solo por un instante   en el absurdo como improbable  deseo de quererte,  

NO  vaya ser que el sueño te busque  para perdernos en la eternidad un par de horas.
Solo nosotros  en la niebla, sin pensar en pretextos, todo esto antes  que el tiempo y la realidad nos vea y esta lluvia de nuevo nos alcance  y nos posea . . . . . . .



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